18 noviembre 2007

Perfumes

Acabo de prender uno de los inciensos que compré ayer, y tiene un aroma que me transporta a lugares inesperados.

Siempre me ha pasado eso con los olores, para mi desgracia, un olfato infalible que puede percibir desde algo que detesto, hasta recordar un perfume que se identifica con alguien a quien ya no veré nunca más, por ejemplo mi Papá.

Hay momentos en que preferiría no percibir ningún aroma, porque desencadenan desde rabia hasta catatonia, pensando en que "esa" persona podría estar cerca, pero finalmente nunca es así.

Peor es cuando me piden las muestras de los perfumes que vendo, porque a veces me preguntan ¿te gusta éste?, y cómo lo hago, si me provoca nauseas, pero una venta es una venta... respiro hondo antes de oler, y digo un "si, está bien, pero es medio..." y ahí deslizo un sutil comentario.

Ahora que siento este incienso me dan ganas de dormir, y soñar con las evocaciones que él me traiga. De cualquier modo sería mejor que las pesadillas que volvieron, al parecer para quedarse.

Y revisando hace un año las cosas tampoco andaban muy bien... malditos ciclos que se repiten.
P.

1 comentario:

logotoma dijo...

justo q hablamos de los olores...las coincidencias.
el otro dia también olí aquel perfume que odiaba tanto pero que ahora me trajo algo de paz...ya no era pesado, era liviano , agradable y casi comible...
pero lejos mi olor preferido es el de mi hija, el de su cabellos rizados...mmm, rika!

Mi Gato Guardián