17 noviembre 2007

La vida en una caja (en realidad en muchas)



Ahora que ya entendí por qué no quería embalar, podré empezar a hacerlo a regañadientes; el tiempo apremia y la Minga es inminente.

Fui a tomar las medidas del lugar, claro que se me olvidó la mitad de las cosas que tenía que revisar, pero me queda tiempo, poco pero queda.

Es extraño, no quiero irme de aquí, aunque si me pongo a recordar, lo que debería hacer es partir sin mirar atrás, pero es inevitable... cómo llegué, cómo me voy...

Me voy llena de esperanza en que todo resulte bien, y que todo lo que quedó en éstos muros se vaya al lugar donde los recuerdos descansan para siempre.

Por mi bien, para que por fin pueda comenzar una nueva vida en compañía de quienes siempre han estado ahí, disfrutando de mi soledad y de la comida congelada.

Porque para la casa con patio, perro y niños jugando, quizá ya no haya tiempo. Suena triste pero así es la vida que elegí.

P.

1 comentario:

logotoma dijo...

bien pata!!! hay algunos todavia no aprenden a guardar las cosas y botarlas...se quedan ahi con todos los cachureos, no evolucionan, no superan las etapas...
hay q empezar... por lo emnos esta en la mente...ahi vamos a estar!!!, como diria nuestroa migo: suerte y ano desanimar!

Mi Gato Guardián