20 noviembre 2006

Balances anticipados


Entre este año, y el que pasó todos hemos perdido algo o alguien.
Los que creíamos habernos salvado, llevamos meses tratando de acostumbrarnos a los cambios, pues no han sido menores.

Sinceramente, me gustaría volver al punto de crisis, y poder ver desde afuera que pasó. Medio masoquista de mi parte, pero hay cabos sueltos que me gustaría cerrar. Pero sola no puedo, y quien puede hacerlo no está, ni volverá a estarlo. Al menos en forma física.

A veces recuerdo cosas, y trato de reprogarmarlas en mi mente, para no tener dramas en pasar de nuevo por ahí. Incluso he podido sonreir al volver a verlos.

Hay un evento que me parece notable:

Un día de playa, sábado en la tarde, con mucho calor, conversábamos del futuro, que pensábamos construiríamos juntos. Era divertido, porque mi visión del mundo era la de una niña aún, que había empezado a trabajar hace poco, y se deslumbraba escuchando historias, y respuestas a todas sus preguntas, por extrañas que fueran.
Mientras transcurría la tarde, mirábamos el horizonte buscando el famoso Rayo Verde, y así asegurar la felicidad.
Cual no sería nuestra sorpresa al mirar el cielo y ver una estrella fugaz. Sí, un fenómeno que ocurre de noche, pero de día.
Qué Rayo Verde ni que nada, la suerte estaba echada y estaba a nuestro favor. Pero el tiempo dijo otra cosa...

La niña creció, cambiaron sus preguntas, y ya no habían respuestas. Tampoco habían historias que escuchar, y ya no era tan entretenido, pues el pedestal iba hundiéndose poco a poco hasta desaparecer, y quedar frente a frente.

De pronto despierto con ganas de escuchar explicaciones, pero debo conformarme con saber que estoy bien y que lo peor ya pasó.
Nada será de la misma magnitud, por que de vez en cuando siento las grietas que duelen, pero tengo claro que es eso simplemente. Un dolor fantasma.

P.

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Mi Gato Guardián