Nada más tedioso que estar en un lugar que no te gusta, y si hay que pasar todo el día, peor.
El año pasado fue tiempo de cambios forzados la mayoría, pues si me hubieran explicado con buenas palabras, nunca habría tomado decisiones que me hubieran provocado incertidumbre, pues me gusta tener el control.
Con el paso veo que todo resultó ser para mejor, pero tuve que vivir en el limbo un rato, y enfrentar a mis demonios cara a cara. No se lo doy a nadie.
Cerrando ciclos, el jueves tuve que hacer mil trámites para lograr cortar con el vículo laboral anterior, donde claramente no saqué nada concreto en limpio, ( ni pago ni firmar nada), pero cuando llegué a mi sala, los pitufos se pararon y gritaron al unísono: "Tíaaaaaa, Tía!!!!" "¿Ponde eztabaz?", y ver en sus caritas que estaban felices fue la mejor recompensa.
Valió la pena, y hace tiempo que no sentía que estoy en el lugar correcto haciendo algo que valga la pena. Y que me gusta.
Leyendo a mi amiga K-rito me viene a la memoria ese tiempo en que me cuestionaba y pensaba que había equivocado el camino. A veces la solución está ahí, pero implica riesgos. Y quizá en la espera de decidir que hacer, una plr pasa a ser un premio y no un castigo.
Al menos a mi me pasó, y feliz de que así sea.
P.
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