Me da gusto llegar a mi casa todos los días, por las razones obvias, pero además, porque vivo en una calle tan linda, que me da pena dejarla. Pero me voy a un lugar propio. Y eso no es poco. Tampoco me voy mañana, ni pasado, ni el mes que sigue. Un año pasa volando eso si... y en buena compañía, más rápido aun. P.
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